Caminamos juntos con el grupo,
creyendo hacer lo correcto,
y la compañía nos da calor y confianza.
A veces, en un silencio compartido,
sentimos dudas que nadie dice en voz alta.
¿Y si escuchar esas dudas con cuidado
es también cuidarnos a nosotros mismos
y a los que nos rodean?

