Cuando entregamos todo,
de forma incondicional,
estamos mostrándonos de forma
transparente.
En esa situación, algunos
pueden aprovechar para beneficiarse
tapando sus miedos, reteniendo su ingenio,
su imaginación.
No aprenden porque están cegados por sus temores.
Incluso llega un momento en que exigen
más y más.
Es el momento de enseñarles la lección,
de establecer límites claros para mantener
un equilibrio saludable;
es esencial comprender que la
evolución individual no puede limitarse
a exigir al otro; cada persona debe asumir
la responsabilidad de su propio crecimiento.»



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